El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) señala en su nuevo informe que el mundo experimentará graves problemas antes de lo esperado a medida que las emisiones aumenten.
Las consecuencias y los costes de un calentamiento global de 1,5 grados Celsius serán mucho peores de lo esperado. 
La subida en la última década de un grado Celsius de calentamiento global ya ha producido una serie de fenómenos ambientales extremos sin precedente (tormentas, incendios forestales, sequías, blanqueamientos de coral, inundaciones, etc.) que cada vez son más agresivos y se irán intensificando si no ponemos las medidas correctoras que nos indica la comunidad científica, también nos están advirtiendo que no tenemos tiempo, estas medidas tienen que estar implementadas para 2030. Nos quedan 11 años para paliar la catástrofe.
La península ibérica es uno de los ecosistemas más vulnerables dentro del área de la cuenca mediterránea, que es una de las más amenazadas por la crisis climática en Europa, con escasez de agua y pérdida de biodiversidad, así como el aumento de los riesgos para la seguridad alimentaria y la salud humana, según indica un estudio internacional desarrollado con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y publicado en la revista Nature Climate Change.
La emergencia climática que vivimos es consecuencia de un modelo de producción y consumo desaforado e inapropiado que pone en riesgo nuestra supervivencia y tiene un impacto devastador en las poblaciones más vulnerables y pobres del mundo. No responder con la suficiente rapidez y contundencia a la emergencia climática supondrá la muerte de millones de personas y la extinción de especies imprescindibles para la vida en la Tierra.
La lucha por la emergencia climática debe ser una prioridad en las reivindicaciones de la CGT, exigiendo, desde la lucha sindical, el reparto del trabajo, la reducción de la jornada laboral con el mismo salario, afrontar la crisis energética, exigir a las instituciones públicas la inversión necesaria en empleos alternativos en sectores sostenibles, de manera que se produzca una transición justa en la que no se deje a nadie atrás. Tenemos que reivindicar un cambio de modelo productivo que garantice la justicia social desde la perspectiva del decrecimiento y de producir lo socialmente necesario, y de consumir productos de proximidad, así como poner en primer plano la necesidad de exigir el reparto de la riqueza mediante la implantación de la renta básica de las iguales o renta básica universal incondicional, como garantía de autonomía de la clase trabajadora.
La degradación planetaria y la creciente desigualdad tienen un origen común y se alimentan entre ellas. Así, por ejemplo, muchas grandes empresas y bancos obtienen enormes beneficios a través de la especulación inmobiliaria, el desahucio, la gentrificación o la turistificación que expulsa a las familias de sus casas y al vecindario de sus barrios.
Aunque cada vez hay más inversiones en tecnologías para la transición energética,sigue habiendo muchos fondos que sostienen y financian a las grandes empresas del oligopolio energético en su explotación del planeta, y cuyo resultado es el incremento de la pobreza. La avaricia y el cortoplacismo del capitalismo y sus élites, en su afán de crecer de manera ilimitada con el fin de seguir acumulando beneficios, es una política criminal que nos lleva al desastre y a la extinción como especie.
El deterioro ambiental de las condiciones de vida se sufre de forma desigual en función de la clase social, el sexo, la procedencia o las capacidades. Defendemos que la transición ha de enfrentar estas jerarquías y defender y reconocer de forma especial a la población más vulnerable.
La Confederación General del Trabajo forma parte de la Alianza por la Emergencia Climática, y de la Plataforma 2020 Rebelión por el Clima, y en este marco se van a convocar movilizaciones descentralizadas en todo el Estado el 27 de septiembre, en esa movilización la CGT tiene que estar y formar parte activa de la misma de manera que reafirmemos nuestro compromiso con el planeta y con las especies que lo habitan, incluida la especie humana, porque defender el planeta es defender nuestra supervivencia y el futuro de las generaciones venideras.

 Tenemos la convicción de que las gentes de la CGT estarán a la altura de las circunstancias y del reto al que nos enfrentamos.