Unos de los problemas de salud laboral que ahora empieza a despuntar es el del acoso laboral. Una serie de conductas repetidas en el tiempo que tienen como objeto minar moralmente a un trabajador o trabajadora que generalmente puede acabar pidiendo dejar su puesto en la empresa.

                Ese acoso, se produce en un entorno social como es el de las relaciones personales en la empresa. Muchas veces, el acosador, que generalmente tiene una posición de poder sobre la víctima, la llega a anular psicológicamente, con lo que esta pierde también el sostén social. Las demás personas, o bien se apartan para no sufrir igualmente acoso, o en ocasiones incluso participan de él.

                Como ya hemos dicho, el acoso supone la repetición en el tiempo de una serie de conductas. Pero no necesariamente ha de producirse el acoso laboral, que es un delito reconocido en el código penal, para que se mine la salud psicológica de los trabajadores. Existen conductas aisladas que suponen la creación de un entorno violento en el trabajo y que produce por lo tanto la creación de un ambiente que se convierte en perjudicial para la salud de los trabajadores.

                El ninguneo de una persona crea un ambiente hostil, así como las amenazas y otras conductas despectivas. Esas amenazas, gritos o conductas, pueden partir tanto del personal con quien trabaja la víctima como de terceros. Estas situaciones suponen un riesgo a la salud de los y las trabajadoras. Como todo riesgo a la salud en el entorno laboral, este ha de ser evaluado por suponer una fuente de riesgos de carácter psicosocial. Los resultados de la evaluación, arrojaran unas medidas preventivas cuya aplicación supondrá la eliminación del riesgo.

                En nuestro caso, en el trabajo de la administración local, una importante fuente de riesgo son las relaciones con el ciudadano. En ocasiones, la ciudadanía tiene comportamientos de diferente gradación violenta que es fuente de riesgos psicosociales. Es por ello, que existe un protocolo de identificación de situaciones violentas entre personas que no son personal municipal y el personal propio y que conocemos como PPRL 1302. Prevención de la Violencia en el trabajo en Dependencias Municipales.

                Como Sección Sindical comprometida con la prevención de riesgos laborales, somos conocedores de situaciones de este tipo que se dan en el Ayuntamiento. Aún así y después de muchos años, se pueden dar situaciones que no sabemos cómo afrontar.

                El Ayuntamiento, presta todo tipo de servicios a la ciudadanía que se consideran de interés, con el fin de hacer la vida más cómoda y placentera. Los políticos, que son quienes gestionan estos servicios, pueden considerar más o menos importantes estos servicios, algunos, incluso pueden suprimirlos a pesar de que otras opciones políticas los consideraron importantes. Para ello está el debate y el follón con circo mediático dado el caso, cuando no pueden llevar a cabo sus proyectos. La prensa, el pleno, los retratos catastróficos y apocalípticos de las sociedad…

                Nunca, en democracia, ningún partido había cargado contra aquellas personas contratadas que prestan esos servicios. Nunca como ahora, un partido había pedido listas de nombres del personal que presta los servicios que no les gustan. En la administración, las situaciones de riesgo psicosocial provocadas por personas ajenas a la misma ya no son la ciudadanía sancionada que viene a pagar la sanción. Ahora un partido, VOX, de corte presumiblemente nacionalcatólico y ultraderechista, exige listas de personas que realizan tareas cuya ideología no comparte. No cuestionan el servicio prestado con la proporción que tienen en las urnas, sino que piden listados de trabajadores y trabajadoras. Listados que pueden conocer sin realizar esas representaciones teatrales.

Esto provoca una situación extraña en los y las trabajadoras que oyen en la televisión desde sus casas, que alguien quiere hacer público su nombre, que alguien duda de su capacidad profesional o moral y en algunos casos, incluso que considera inapropiadas y censurables sus conductas, vulnerando el más elemental derecho humano como es el de libertad. Esto, que está relacionado directamente con el trabajo desempeñado por estas personas y que podrían entender como una amenaza, crea una situación de de violencia en el trabajo, al enrarecer el ambiente y el desempeño del mismo. El trabajador o la trabajadora, sabe que alguien que no comparte su ideología ha pedido que su nombre figure en una lista. Y lo ha pedido ante los medios de comunicación, hecho que personas con carencias empáticas podría interpretar como una llamada a hacer justicia o a defender una determinada moralidad superior.

La incertidumbre que produce en el personal esta nueva situación puede crear una situación de violencia en el trabajo y la aparición de una situación de riesgo psicosocial nueva que debe de ser evaluada, se deben de establecer cuáles son las medidas preventivas, y las respectivas empresas responsables, en este caso la propia administración incluida, garantizar que la salud del personal no está sometida a riesgo.