No podemos saber que lleva a una persona a hacer dejadez manifiesta de sus funciones.

De nuevo hemos de escribir un artículo relacionado con el Servicio de Recaudación. Desde hace tiempo venimos denunciando los ruidos, reflejos, calor, frío, falta de organización, falta de formación e información a la sufridora plantilla… ahora se suma el hacinamiento de trabajadores y trabajadoras  que se apiñan como en un metro japonés.

Y no sabemos qué hacer ya. Se pidió que las personas de atención telefónica fuesen cambiadas de lugar porque atendiendo por teléfono en un ambiente de ruido de fondo contínuo no es posible entenderse, más si consideramos que pueden estar atendiendo a personas que puedan presentar dificultades en pronunciar nuestro idioma correctamente.

Se pidió que la atención especializada puntual fuese hecha por el superior que correspondiese, pero de forma presencial, no a través del teléfono. Incluso propusimos que ya que había un problema con la atención telefónica, el personal técnico oportuno,  que  bajase a la zona de ventanillas  y se llevasen a quien atiende por teléfono al lugar que ocupan los jefes. La solución fue construir una campana que costó un pastonazo a las arcas municipales y meter dentro a los trabajadores de modo que a fecha de hoy, el ruido se ha multiplicado y el personal que allí trabaja corre el riesgo de terminar asado cual pollo al ast.

Las jefaturas llevan implícita una responsabilidad en cuanto a la prevención de riesgos laborales y la salud de los y las trabajadoras. Bien es cierto que no en todos los lugares. Hay países en los que no se respeta la salud de los trabajadores. Pero en España sí se debería. No sabemos si el responsable del Servicio de Recaudación se cree Amancio Ortega gestionando una fábrica en Vietnam, o cual es el motivo que tiene para obviar la salud de su personal. En cualquier caso, parece ser que no está a la altura para gestionar un servicio municipal donde trabajan personas  ni aún en el sur de Europa.  ¿Es que nadie  va a exigir responsabilidades?.

Desde CGT estamos pensando recaudar una pasta para regalar a algún responsable próximo en edad de jubilación unas gafas de realidad virtual, porque total , para lo que me queda en el convento…..