Acabamos de bajar de una irrisoria presentación de un boceto que se quiere aprobar el día 31 en el pleno municipal, sobre la plantilla municipal para el año 2019.

Hoy es miércoles, y se pretende que demos el visto bueno a una plantilla donde la pirámide se vuelve a invertir, ya que desaparecen puestos del C1 para abajo, para crear puestos de A1 y A2, donde no aparece el grupo B y donde (y esto ya ha encendido nuestros ánimos) no se crean las vacantes (que es mandato consecuencia del pacto 2015-2019 firmado, entro otros sindicatos, por la CGT) necesarias para suplir los huecos dejados por las personas que han pasado a la escala auxiliar.

El ninguneo a lo firmado por parte del consejero y también hay que decirlo, de las áreas y servicios que no han pedido ni una sola plaza para cubrir los huecos dejados por el personal de oficios que ha pasado a la escala auxiliar es de tal tamaño, que CGT ha decidido no acudir a la reunión de mañana para confirmar la crónica de una muerte anunciada. Con nuestra cara no se enreda, señor Cubero. No somos animales de compañía, ni aceptamos pulpo como tal.

La desfachatez con que los servicios y las áreas hacen las peticiones de modificaciones de plantilla, donde solo quieren rodearse de jefes, técnicos de los grupos altos y personal de confianza y el desprecio que manifiestan para quien realmente pone en marcha el servicio público a pie de calle, es de tal calibre, que CGT se siente totalmente avergonzada, de ese proceder de quienes se deberían por entero al servicio de lo común y sin embargo juegan en la liga de los bobos sin fronteras.

Solo en el caso que el señor consejero decidiera mañana venir a la reunión a pedirnos perdón por su desprecio a los puestos de abajo, y a lo firmado con la representación sindical, y viniera con una propuesta totalmente diferente a lo que hoy se nos ha entregado, haría variar nuestra opinión. Pero desgraciadamente, en CGT no creemos en los milagros.

Allá cada uno con su conciencia. Son los hechos lo que demuestran lo que es cada uno y cada una.