En el año 2010 la entonces delegada de prevención de CGT , solicitó información sobre los espacios confinados a los que accedía el personal de vialidad. Solicitud a la que respondío técnicamente el Servicio de Prevención, aludiendo a la dificultad de acceso a los mismos y a la necesidad de hacer instrucciones operativas para el acceso a estos y a la necesidad de catalogar estos lugares adecuadamente.

En el año 2013, el ayuntamiento término de elaborar su procedimiento para la realización de trabajos en espacios confinados. De este procedimiento se derivo una primera instrucción operativa que posteriormente se modificó para permitir que los oficiales tuviesen la capacidad para autorizar el acceso a esos espacios y por lo tanto la RESPOSABILIDAD derivada de ese acceso por terceras personas. Aquí comenzó el conflicto.

CGT siempre se ha posicionado radicalmente en contra de que personal de la categoría C2 asuma responsabilidades que no le corresponden.

El número de espacios confinados a los que se debe acceder se cuenta por miles, y la catalogación técnica de los mismos acaba de comenzar.

El número de accesos a estos espacios es elevado, ademas de imprevisible, improgramable además de urgente y necesario en muchas ocasiones.

Finalmente, después de largas negociaciones, se ha conseguido que estas tareas de autorización de acceso a espacios confinados, así como la asunción de la responsabilidad de ejercer como recurso preventivo, se realice por personal de la categoría C1, y este es el acuerdo que se ha cerrado con el apoyo de la mayoría del personal del colectivo afectado. Los términos en los que se ha redactado, garantiza que el ayuntamiento tenga siempre al menos una persona capacitada para autorizar el acceso a estos lugares 24 horas los 365 días del año.

Cualquiera es consciente de que no existen soluciones únicas y perfectas a problemas tan complejos como este, pero lo que si que se ha conseguido es dar un paso adelante y poner unos primeros medios humanos, para empezar a afrontarlo de forma adecuada.