La Confederación General del Trabajo (CGT) es una organización anarcosindicalista de muchos años, pero con un nombre todavía muy reciente. Pleitos de familia y decisiones judiciales nos privaron un día, allá por abril de 1989, de nuestras originales siglas, las de la CNT, aunque las sigamos llevando en el corazón. Fieles a las ideas, atribuimos a las siglas el escaso valor que tienen y cambiamos el “Nacional” por “General”.

Herederos por voluntad de una ideología, no por ello pensamos que ésta haya de ser intocable. Todo lo contrario, se apolillaría si no tratáramos cada día de extraer de ella lo mejor y de adaptarla a lo que demanda la sociedad actual.

Lo primero que hemos de decir, es que somos una organización de personas que tratan de cambiar una sociedad que no les gusta por desigual, injusta, autoritaria y, en las más de las veces, irracional. Para ello trabajamos en muy diversos campos de lo cotidiano, desde lo sindical a todo lo que tenga que ver con lo social, luchando por reparar a cada instante las injusticias que nos rodean con un espíritu diferente, rebelde, joven y transformador.