El pp, ese partido tan amigo de las privatizaciones, tan fan de lo privado versus lo público, tan solidario con el empresariado amigo, ha visto, en los últimos meses,  como numerosos ayuntamientos  se cuestionaban las privatizaciones sufridas a lo largo de gobiernos peperos y socialistas e iniciaban un camino de retorno hacia aquellas prestaciones de servicios que generosamente habían puesto en sus manos antiguos gobiernos.

Y claro, algo tenían que hacer. En vista de que el camino de retorno parecía imparable desde el veredicto de las urnas, han sacado la artillería pesada. Si los recursos  jurídicos no funcionan, emplean a la CEOE, si esta opción tampoco funciona, pues a inventar como pararlas por otras vías.

Y en esas estamos. Ahora se les ha ocurrido emplear la ley de presupuestos generales anuales y meten de rondón en su borrador del 2017 una cláusula adicional, la 27 que es demoledora. Y a rezar en sus púlpitos mediáticos para que sus nuevos tontos útiles, (esos partidos que les apoyan visiblemente o en la sombra) se la aprueben.

En concreto esta cláusula adicional dice:

Con efectos desde la entrada en vigor de esta Ley y vigencia indefinida, las Administraciones
Públicas del artículo 2 del texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público, aprobado por el Real Decreto Legislativo 5/2015, de 30 de octubre, no podrán considerar como empleados públicos de su artículo 8, ni podrán incorporar en dicha condición en una Administración Pública o en una entidad de derecho público:
a)
A los trabajadores de los contratistas de concesiones de obras o de servicios públicos o de cualquier otro contrato adjudicado por las Administraciones Públicas previstas en el artículo 2.3 de la
Ley
40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público, cuando los contratos se extingan por su cumplimiento, por resolución, incluido el rescate, o si se adopta el secuestro o intervención del servicio conforme a la legislación de contratos del sector público que resultase aplicable a los mismos.
b)
Al personal laboral que preste servicios en sociedades mercantiles públicas, fundaciones del sector público, consorcios, en personas jurídicas societarias o fundacionales que vayan a integrarse en una Administración Pública.
Al personal referido en los apartados anteriores le serán de aplicación las previsiones sobre sucesión de empresas contenidas en la normativa laboral.
Dos.
En aquellos supuestos en los que, excepcionalmente, en cumplimiento de una sentencia judicial, o previa tramitación de un procedimiento que garantice los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad, el personal referido en el apartado 1.a) anterior sea incorporado a sociedades mercantiles públicas, las incorporaciones que se produzcan de acuerdo con lo previsto en este apartado, se contabilizarán como personal de nuevo ingreso del cómputo de la tasa de reposición de efectivos, quedando sujeto a los límites y requisitos establecidos en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
Tres.
Lo establecido en esta disposición adicional tiene carácter básico y se dicta al amparo de lo dispuesto en los artículos 149.1. 13.ª y 18.ª, así como del artículo 156.1 de la Constitución.

Desde la sección sindical de CGT en el ayuntamiento de Zaragoza, entendemos que en caso de aprobarse este borrador, el ataque a la administración local y a su autonomía seria brutal y el ataque a las y los trabajadores en manos privadas sería una barbaridad. Solo quieren precariedad y negocio, barbarie y explotación y sobretodo seguir beneficiando a sus amigos del empresariado, algunos tan generosos con sus cajas de abecedario completo.

No les importa que esos servicios que prestan se den en peores condiciones que si fuera público, no les importa las condiciones laborales, no les importan el gasto extra para la administración local, solo quieren que sus amiguitos sigan felices y haciéndose ricos( y a la vez generosos con ellos y sus cajas) con dinero público y explotación laboral.

Basta ya de privatizaciones, basta ya de odio y zancadillas hacia lo público. Basta de soportar gobiernos de derechas con apoyos de partidos que alguna vez fueron de izquierdas.

Y si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra.