Tenemos un informe del Servicio de Deportes a día 8 de septiembre. El contenido se define con un número: -32, mejor aún que una escalera de color. Pero no estamos jugando al rabino. -32 indica que nos faltan 32 personas en la plaza de oficial polivalente. Ya no sabemos que hacer. El rumbo hacia la desaparición de prestación de un servicio público de forma directa para convertirlo en un escenario para el negocio se ve más claro cada día. Siempre hemos sido conscientes de la falta de personal. Más lo son, indudablemente quienes están en las instalaciones abriendo a diario, porque son quienes sufren la ruleta sorpresa de los turnos cambiantes que es como las jefaturas resuelven su problema, trasladándoselo a otros. Mientras el problema se traslada hacia abajo, el problema parece que no exista.

Hace años ya que CGT reclamaba el aumento de la plantilla. La escasez de personal, ya provocó que CGT propusiese unos cierres en fin de semana que el Servicio hizo suyos. De hecho fue dimensionada previamente por nuestros delegados antes de la propuesta. Era eso o la desaparición de derechos laborales. Si el Ayuntamiento no tenía voluntad de dotar al Servicio del personal necesario, la prestación del servicio no podía recaer en la supresión del derecho a la vida familiar que indudablemente tienen las `personas que ocupan puesto de oficial polivalente.

Recibimos llamadas de personal de deportes que nos hablan ya de las pretensiones de atropellar su vida privada con la excusa de que un compañero esté de baja. La poca entereza de algunas jefaturas a enfrentarse a la realidad se enmascara haciendo cumplir una instrucción que se basa en suprimir la vida familiar de sus subordinados. Intentar disfrazar el atropello como cumplimiento de ordenes superiores, podrá enmascarar la realidad a ojos de quien ordena y apaciguar su conciencia, pero no engaña la realidad a quien la sufre.

En las últimas “negociaciones” de RPT del Servicio de Deportes, se han conseguido “avances” tan significativos como que los maestros reciban un aumento en sus retribuciones que más recuerda el acto de echar grano a los pollos que una actuación administrativa. Es una subida indigna para un profesional. No hay un estudio del trabajo que realizan para que su retribución se corresponda justamente con lo que realizan. Les pagan lo mismo que otros cuyas funciones no son las mismas, con lo que la situación no arregla a un colectivo y deja al otro parecido. Desprecio absoluto por el desempeño. Trigo para los pollos. A esto sumamos que si los unos son considerados como pollos de engorde, las personas que ocupan la plaza de oficial son tratadas como pollos ya engordados. De 181 puestos disponibles para ser ocupados por oficial polivalente de instalaciones deportivas en 2014, pasamos a 169 en 2021.

La liquidación del servicio. 169 puestos de oficial suponen que la carencia pueda avanzar hasta -37. Llegados a este punto sólo nos quedan dos recomendaciones. La una pasa por recordar a las personas que ocupan plaza de oficial de instalaciones deportivas que existe una ley de protección de datos que los ampara frente a la supuesta obligación de proporcionar el teléfono propio “por si hay algún problema”. La ley de protección de datos nos dice que ninguna norma obliga al trabajador para que facilite su número de teléfono personal. La obtención de estos datos han de contar con la cumplimentación expresa del documento de voluntariedad y en el caso de que alguien quiera dejar de ponerlos a disposición de su empresa porque le aportan más perjuicio que beneficio, está en su derecho de pedir que estos datos sean borrados. Ya que se sufre un atropello, que no lo cometan con tus propios medios. La otra es, transmitirle a la señora concejala de deportes, que si está esperando un autobús hacia la dignidad, la línea pasa necesariamente por apearse en la parada de la dimisión. Repartir bombones durante la espera, no hará que la parada cambie si se dirige hacia la dignidad .