El jueves pasado por la tarde, cuando todos estábamos mirando hacia los graves sucesos ocurridos en Barcelona… el centro de Zaragoza se inundaba, el tranvía navegaba, Sagasta y Constitución eran ríos, y la plaza de los sitios un embalse… Se produjo una grave rotura, en una de las arterias principales de la red de abastecimiento de la ciudad.

El corte del suministro de esta arteria, solo lo pueden realizar los oficiales guardallaves. Y conocida es la problemática de seguridad que tiene este colectivo, para entrar a los subterráneos que dan acceso a las gigantescas válvulas que permiten cerrar el fluido de estas grandes tuberías.

Pues bien; el jueves por la tarde, solo había al frente de este servicio oficiales (el rango más básico de todo el servicio), que en un acto de responsabilidad ante la grave avería, asumieron responsabilidades muy por encima de su manual de funciones y sus atribuciones, estirando al máximo los límites de las instrucciones operativas de prevención de riesgos laborales, vamos a dejarlo ahí… tanto, que tuvieron que apoyarse de forma improvisada (con la consecuente pérdida de tiempo y agua) en los bomberos, para minimizar los riesgos asociados a los trabajos necesarios para el corte del suministro, consiguiendo pese a las graves dificultades hacerse con el control, y cortar el agua en la tubería afectada, dejando tras más de tres intensas horas de actividad bajo gran presión y nervios, el corte del suministro reducido a su mínima expresión, logrando así que no afecte la falta de agua a los vecinos…

Desde este sindicato, llevamos tiempo reivindicando la necesaria reestructuración de este servicio en varios frentes interrelacionados: el preventivo, que tiene que asegurar que estos trabajos se realicen sin riesgo para los trabajadores y el organizativo que tiene que asegurar un responsable que se puede poner al frente de este tipo de situaciones de tal forma que no quede hueco a la improvisación ni a la peligrosa heroicidad.

Consideramos que una dotación adecuada de medios materiales y personales hubiese evitado la perdida de algún que otro millón de litros de agua potable, alguna inundación y algún riesgo para las personas…

Pedimos que se deje escatimar y de dar vueltas a este asunto, las propuestas de solución están ya sobre la mesa. Pónganse los medios humanos y materiales necesarios para que este servicio funcione bien y rápido antes de que tengamos que lamentar más daños materiales o personales.

Recordemos que la situación era de emergencia, en la rotura se perdieron 12 millones de litros de agua, se tuvieron que desviar tres líneas de autobús y se tuvieron que cortar al tráfico las avenidas principales del centro de la ciudad Paseo Sagasta, Paseo
Independencia, Gran Vía, Constitución y Paseo Pamplona.