El Ejecutivo no considera que los incrementos anuales de las nóminas del personal funcionario sean motivo de urgencia social y según las declaraciones que hicieron ayer, en la que estiman que la revisión de las nóminas para el 2020 (que está pactada que sea de entre el 2% y el 3,85%) no es una cuestión de urgencia.

La excusa buscada es que no son un gobierno, que solo están en funciones y que por lo tanto no se atreven a modificar presupuestos, que recojan incrementos salariales, condenando con esta actitud, a todo el personal autonómico o local, que sí que pueden tener presupuestos el año que viene y que podrían recoger las subidas acordadas a nivel general y estatal.

Los “sindicatos” mayoritarios han reaccionado simplemente diciendo que comprenden las negativas, y que esperan que haya un acuerdo para la formación de un gobierno estable tras el 10 de noviembre. Lo que viene a ser un simple “si, bwana, lo que usted mande” o el clásico “ya si eso, usted me paga cuando a vuecencia le venga bien”

Estos “magníficos” interlocutores disfrazados de sindicatos, deben desconocer lo que son los reales decretos, deben desconocer que el ejecutivo actual tiene resortes para subir salarios, desde luego de forma más fácil que aplicar artículos como el 155, que tanto sacan a relucir, y por lo tanto no poner el grito en el cielo, ante el posible incumplimiento de los acuerdos a los que con ellas como organizaciones sindicales han llegado, demuestra su calaña pactista y doblegada a los amos que los alimentan.

CGT, en el ayuntamiento de Zaragoza, exigirá que la subida sea abonada en el mes de enero. Hemos empezado a negociar el pacto y el convenio con ese objetivo (entre otros). Veremos cómo responden el resto de sindicatos, incluidos los que solo se miran sus ombligos.

NO NOS CONFORMEMOS CON MIGAJAS,

EXIJAMOS UN SALARIO JUSTO