♦02.08.2017

La agrupación autollamada sindicato staz, ha vuelto a hacer lo que más le gusta, lo único que realmente saben hacer, recurrir a los juzgados.

Esta vez les toca a las desafortunadas compañeras del 010.

El amor que sienten por los tribunales, les ha hecho, ahora, encaminar sus miras hacia ese colectivo de compañeras que prestan el servicio de información telefónica municipal.

Han presentado un recurso contencioso-administrativo contra la resolución municipal de fecha 13 de febrero y publicado en el bop de 22 de marzo de liquidar el contrato con la empresa pyrenalia y asumir la prestación del servicio desde el ayuntamiento y subrogándose el ayuntamiento en los contratos de trabajo del personal de la empresa contratista, con sus mismas condiciones laborales.

¿Qué quiere conseguir esa agrupación de personas en plantilla del ayuntamiento?

Pues tenemos nuestras sospechas. De momento aliarse con la patronal CEOE   y el PP en sus intenciones de poner todo tipo de pegas a cualquier remunicipalización.

Pero si vamos al hecho concreto de este recurso, lo que quieren es que el 010 siga en manos privadas (apoyando a la CEOE y sus postulados) y que sus trabajadoras sigan sin cobrar su miserable sueldo de 750 euros por 40 horas semanales y con turnos horribles (como ocurre ahora); sigan en manos de los especuladores y empresarios de pacotilla; sigan con su incertidumbre laboral y sigan torturadas psicológicamente con una situación que les es ajena a su relación laboral.

¿Para que lo hacen?

Pues tampoco lo sabemos, aunque sospechamos también, que lo hacen para mostrar su verdadera cara: la de ser lo contrario a un sindicato que defiende a las y los trabajadores, la de ser una correa de transmisión de las ideas más retrogradas y antiobreras, la de dar por saco a un gobierno municipal salido de las urnas, y la de llevar a la justicia, cualquier cosa que les dé protagonismo y ganen puntos ante sus amos.

Sindicato se llaman. Para nosotras y nosotros, son otra cosa, otra forma de juntarse para, bajo la piel sindical, esconder a ese otro ogro que tienen en sus entrañas.