El domingo hará dos años que te nos fuiste. En plena juventud, una maldita enfermedad te arrancó de tu familia y de tus amigos y amigas, de tu querido sindicato, de tu querida camaradería en la Casa de Amparo y en esta sección sindical.

Luis Serrano, nos abandonó de su presencia física, pero su presencia sigue viva en nuestros recuerdos y en nuestras acciones, y es por eso que sigue presente en nuestro cariño.

Por lo demás nada nuevo que contarte compañero, por aquí seguimos trabajando, enarbolando esas banderas de libertad e igualdad que tú, también, portabas, soñando con el internacionalismo, labor que tú asumiste a nivel confederal y creyendo que un nuevo mundo es posible.

En multitud de veces hemos notado tu aliento, hemos reconocido  tu aptitud, te hemos recordado en pequeños y grandes gestos que eran característicos tuyos, y te aseguramos que ese sentimiento perdurara en nuestros corazones y en nuestra acción sindical.

Y si alguna vez alcanzamos en vida un mundo nuevo, un mundo libertario y utópico, tú trabajo también habrá formado parte de la argamasa para ese mundo que soñábamos cuando intentábamos darle forma estando entre nosotras y nosotros.

La tierra te habrá sido leve, compañero.