Cualquier paseo, ya sea por nuestra ciudad u otras, nos ofrece un panorama de la irresponsabilidad de algunas de las personas que tienen como opción vivir junto a un perro. La gran mayoría de las personas, abrumadora mayoría de hecho, que tiene a bien y la suerte de escoger a un perro como compañero, son conscientes de las necesidades del mismo y éste es tratado con cariño. Dentro de ese buen trato, figura el sacarlo a pasear y que además de dejar que se esparza, haga sus necesidades. Igualmente, dentro del buen trato que recibe el perro está el de recoger la mierda, puesto que de no ser así, los lugares por los que pasear, estarían tan llenos de mierda que los harían inaccesibles para los propios perros, aunque ellos no tienen la conciencia de que esto sea así… y algunos dueños tampoco.

Pues bien, a pesar de las consideraciones que unas personas puedan tener de la responsablidad de los canes sobre el estado de los parques, lo que es incuestionable, es que el único responsable es el dueño. A estas alturas quizá os preguntéis qué tiene esto que ver con este artículo en la web de la Sección Sindical del Ayuntamiento. Pues la verdad es que como aquella fábula de la zorra y las uvas, o el cuervo y el queso, es una fábula. Un cuento con animales del que se extrae una enseñanza.

En el ayuntamiento de Zaragoza, con el objetivo de proporcionar la necesaria igualdad y visibilidad del mundo femenino en todos los aspectos de la vida, se estableció un compromiso de uso del lenguaje inclusivo, que no es otra cosa, que contemplar en el lenguaje la existencia de las mujeres. Algunas personas ya andarán diciendo que la palabra alumnos incluye a alumnos y alumnas. Eso dice la RAE “Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones.” Pero también podía, ya puesta en el empeño, recomendar el término genérico de alumnado: “Conjunto de alumnos, bien de un centro docente o bien los de toda una comunidad..” Exactamente igual que ocurre con abogados y abogacía, profesores y profesorado, jueces y judicatura, empleados y plantilla y porqué no, hombres y personas. La RAE, que regula el idioma, se queda tan corta en los términos de actualidad, que si bien nos habla de no poner alumnos y alumnas, y que alumnos es plural genérico, no recomienda los genéricos que ya existen de forma preferente.

Incluye almóndigas, pero rechaza la idea de decir basureros y basureras por aquello de la economía del lenguaje. La RAE, limpia, fija y da esplendor. Pero para ello necesita un tiempo. Hace años que la médica dejo de ser la mujer del médico, porque la mujer que ejercía la medicina era la médico. Hoy, la propia academia recomienda el uso de médica para el caso de mujeres que ejercen la medicina. Lo mismo ocurría con términos como alcaldesa, o concejala entre otros. Hoy la señora María Carmen Rouco Laliena, es concejala en el ayuntamiento de Zaragoza, no porque sea “la mujer del concejal“, sino porque otras personas con diferentes sensibilidades a las que muestra el grupo donde reside, consiguieron que la sociedad identificara a la concejala, como a la mujer que ejerce la concejalía aunque en la segunda acepción seguirá siendo “esposa del concejal“. Ella será quien tenga que explicar si es lo uno o lo otro cuando se presente junto a su compañero de partido, y existan dudas de si son matrimonio o no. Esperamos que no la incomode. La RAE ejerce su competencia y regula el uso del lenguaje. La RAE fue creada en 1713. La primera mujer en obtener una silla (la K), lo hizo en 1979. La RAE, regula el uso de la lengua, pero lleva algo más despacio lo de ajustarse a una realidad social que va más rápido incluso que la legislatura. La principal razón para ello, porque no es algo que deba hacer. No se puede usar la RAE como herramienta para negar la evolución de la sociedad porque no te gustan los cambios.

Quienes han llegado recientemente a gobernar la ciudad de Zaragoza, no son personal extraño a este Ayuntamiento. Lo conocen perfectamente y con ellos se han compartido las inquietudes de las mujeres y de ese sentirse extrañas ante la invisibilidad del idioma. Si en algún momento esta tendencia a la igualdad en todos los niveles les hubiese parecido inoportuna o inaceptable, así lo habrían hecho saber libremente. Para poder acceder a la alcaldía, siempre se producen en toda democracia, negociaciones. En el resultado de las negociaciones, se producen concesiones a cambio de apoyos. Es decir, que de las medidas resultantes y a aplicar, es responsable único quien las ha de aplicar. Si el alcalde decide cargarse las medidas de igualdad hemos de entender que es porque esa es su voluntad. Porque quien es responsable de las decisiones es quien tiene la capacidad de ejecutarlas. por eso, cuando un perro caga en la acera, es responsable de quitar la mierda, es quien tiene la capacidad de hacerlo. Y ese es el dueño del perro.