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Ayer se vivió con gran intensidad un emotivo acto en el salón de recepciones del ayuntamiento.

 

Tanto el Alcalde como el Concejal de Servicios Públicos y Personal homenajearon a las familias de los fallecidos por el amianto y presentaron las necesarias disculpas en representación del Ayuntamiento de Zaragoza.

Estos compañeros han fallecido por trabajar en malas condiciones, exponiendo su cuerpo a las fibras de amianto en el desarrollo de su actividad profesional.

Desde nuestra sección considerábamos que estas pérdidas no podían pasar desapercibidas tal y como reclamaban los compañeros de los afectados, sus muertes no debían pasar de soslayo por los despachos. Es más, cuando denunciamos que nadie pensaba en hacerles un homenaje, desde las altas esferas técnicas, nos contestaban que no tenían ni idea de que la gente se muriera por una mala praxis en materia de prevención, y que, bueno, esto eran cosas de la vida.

 

Insistimos e insistimos porque era lo justo, nuestra obligación. Y tras insistir, podemos decir con orgullo que hoy nos alegramos de poder transmitir el discurso de ayer de nuestro alcalde, porque este pequeño reconocimiento también es parte de nuestro hacer sindical.

 

 

DISCURSO DE PEDRO SANTISTEVE

 

Buenos días,

 

Muchas gracias a todas y todos por vuestra asistencia a este acto de reconocimiento y homenaje a tres trabajadores municipales recientemente fallecidos como consecuencia de su exposición al amianto durante su jornada laboral.

 

El amianto ha estado presente en muchos centros de trabajos durante años. Al principio se desconocían sus nocivos efectos para la salud, pero aunque poco a poco se fueron conociendo, lo cierto es que hasta que se fueron tomando medidas preventivas pasó demasiado tiempo. Demasiado tiempo que supuso que haya habido miles de trabajadores expuestos a este sustancia por responsabilidad de sus empresas. Algunos de ellos han tenido la fatal desgracia de haber contraído una enfermedad derivada de haber inhalado fibras de amianto, muchos de los cuales seguramente hayan fallecido sin que ellos ni sus familiares hayan sabido que la verdadera causa de la enfermedad haya sido el amianto. Otros viven con la incertidumbre de no saber si en algún momento tendrán el infortunio de contraer la enfermedad, si bien gracias a los protocolos de vigilancia de la salud las posibilidades de tratar a tiempo la enfermedad son mayores.

 

El drama del amianto en España abarca a miles de familias trabajadoras, especialmente fábricas que tenían en su proceso de producción el amianto. Aunque no es el caso del Ayuntamiento, también aquí se ha trabajado con exposición al amianto, especialmente en el servicio de conservación de infraestructuras. Precisamente en este servicio desarrollaban su trabajo los tres compañeros fallecidos a los que hoy el Ayuntamiento de Zaragoza le rendimos homenaje y, como no puede ser de otra manera, les pedimos perdón. El Ayuntamiento no fue consciente de la gravedad del problema ni tomó todas las medidas preventivas que hubieran evitado la exposición al riesgo no solamente de estas tres personas sino de muchas más.

 

Por ello, hoy el Ayuntamiento de Zaragoza emitimos una disculpa pública y sincera a José Manuel García Aladrén, Javier Abós Agonillas y Raúl Marco Pardo. Una disculpa a sus familias y a sus compañeros de trabajo.

 

Deseo profundamente que no haya que añadir ningún nombre más a esta lista.

 

Muchas gracias a todas y todos por vuestra asistencia y atención.