La historia la escriben los vencedores. En los países que aceptan pasados históricos traumáticos, la historia escrita por los vencedores se confronta con la de los vencidos para acerarse a la verdad. En nuestro país, no se ha asumido la realidad histórica y por ello existen discrepancias en forma de relatos diametralmente opuestos, tan lejos de la realidad algunos, que tildan de sublevados a quienes fueron leales. Existen además en nuestro país, relatos que son excepcionales y sin embargo siguen cubiertos por el polvo del olvido. Uno de esos relatos es el del Consejo regional de Defensa de Aragón. Un gobierno legítimo, reconocido como el gobierno de la república en el Aragón no ocupado por el ejército rebelde y que fue reconocido de forma internacional por el gobierno mexicano. Una obra hecha por personas que decidieron organizarse de una forma diferente. Que fue el intento de implantar orden, no sólo a las consecuencias de un golpe de estado que despojó a la República de sus métodos de control de la situación, sino a las ansias expansionistas del entonces gobierno de la Generalitat y su ineficacia en el control de la especulación con los productos por parte de las empresas, que poco a poco iban volviendo a manos de sus dueños. Un gobierno que aglutinaba pueblos cuyas comunicaciones ferroviarias habían quedado cortadas al estar las capitales de provincia en manos de los militares traidores . Un gobierno que se enfrentó a la dificultad de detener y penalizar las ejecuciones sin juicio previo de aquellas personas que habían auxiliado a los golpistas. Un gobierno que pudo coordinar a las colectividades agrícolas que surgieron en multitud de pueblos, que tomaron las riendas de la producción de las tierras cuyos dueños habían huido, o bien superaban la superficie que una persona puede trabajar por sus propios medios. Un gobierno del pueblo y para el pueblo. Con sus errores y aciertos, como toda obra humana. Un gobierno que la misma república que lo creó cercenó meses después. Un gobierno que sucumbió a manos de la larga sombra de Stalin que crecía como efecto colateral de la ayuda comercial de la URSS a una república legítima abandonada por las democracias europeas y que se arrojó como única salida sobre los brazos de una república soviética, gobernada por un demente. Acércate y conoce el gobierno autonómico de Aragón que no sale en los relatos sobre la historia autonómica de Aragón.