LOS MONSTRUOS DE NATALIA

Todas hemos visto a nuestra alcaldesa protagonizar las intervenciones y actos más surrealistas. Su desconexión total con la vida real de la ciudad, la lleva a protagonizar actos con luces, flores, e incluso quiso poner un flotador gigante el “ring de luxe”, flotador con nombre inglés que intenta disimular que sólo se trata de eso, un flotador, el anillo de lujo, que raya el ridículo. La hemos visto encima de una especie de Fújur, en unos actos sobre la historia interminable. Un mundo imaginario que sólo la imaginación de un niño puede salvar. Un mundo de fantasía, que sucumbe ante la invasión de la NADA.
Decía Goya, pintor Aragonés, que “El sueño de la razón produce monstruos”. Ese es el mundo de fantasía de Natalia. El que produce el sueño de la razón, cuando la razón desaparece. No es Natalia la Emperatriz Infantil de la Historia interminable, Es la Nada que todo lo devora. La tierra los árboles y los servicios municipales. No es la princesa Leia, es Dart Vader.
La Zaragoza real, la de los monstruos que salen de la imaginación de Natalia Chueca, desde las privatizaciones de servicios públicos poco a poco, (como esas amputaciones que se producen por la mala circulación sanguínea), a la condonación de impuestos a Quirón o al Real Zaragoza, en este caso por crear sólo 5 puestos de trabajo siendo uno de ellos el de gerente, pasando por los asequibles “alquileres sociales a 900 euros”. A los monstruos que salen de la imaginación de Natalia Chueca, se juntan los que salen de la cabeza de los del diccionario, que eso sí, serán más patrios, del tipo de los gigantes que acechaban a la princesa Micomicona y que salían de la cabeza de Don Quijote, aunque realmente eran sólo cueros de vino. Amenazas que sólo existen en sus cabezas, pero que las viven como reales.
Conocemos hoy cual es el nuevo monstruo surgido de su imaginación compartida por los del Síndrome de don Quijote. El cierre de 7 casas de juventud o zonas jóvenes. Se cierran las Zonas Jóvenes del Arrabal, Parque Goya, La Jota, Santa Isabel, Valdefierro, Casablanca y Miralbueno. No sabemos si es casual o no, que sean todos ellos de la periferia. Lo que sí está claro es que deja de construirse barrio. Algo que choca cuando el discurso se refiere a la construcción de vivienda, puesto que se pretende la construcción de nueva vivienda pública en zonas en las que se están suprimiendo estos servicios. Ni es el primero ni será el último de los monstruos que produce la razón durmiente de Natalia Chueca.