El pasado día 20, un trabajador Pakistaní sin papeles moría abandonado tras sufrir un golpe de calor cuando se dedicaba a la recolección de la fruta. No moría abandonado por sus compañeros, sino por el ser que lo había contratado. «No tenía papeles». No debe extrañarnos que esto esté ocurriendo a personas que no tienen capacidad de presionar a quien los contrata por miedo a ser deportadas.

No es de extrañar tampoco que esto ocurra porque entre las personas que pueden hacer valer sus derechos laborales, es decir, que «tienen papeles» también hay víctimas por no cumplir la ley de prevención de riesgos laborales. No es comparable la situación, ni mucho menos, pero hemos constatado que en las piscinas municipales, la gente no ha recibido la ropa que tiene como finalidad hacer más tolerable al exposición al calor. Pero también es cierto que alguna de reciente contratación tampoco ha recibido la formación requerida y que se ha instaurado una nueva organización del servicio sin que se haya recibido nueva información preventiva por ello.

El tiempo y las investigaciones de Inspección de Trabajo con respecto a los trabajos en situaciones de calor intenso, vendrán a regular el rango de temperaturas en el que es razonable estar trabajando, y los períodos continuos de trabajo. No entramos ya a valorar la necesidad de tener lugares de descanso adecuados o acceso al agua, tanto para beber como para asearse en determinados trabajos. Quizá el tiempo, nos traiga incluso la consideración de trabajo especial también a las situaciones de los trabajos agrícolas tanto al aire libre como bajo los mares de plástico. Pero para estas personas, aún les tiene que traer el contrato de trabajo. Mucha lucha por delante de quien ni tan siquiera existe. El ciudadano alemán que se coma un melocotón no sabrá que está consumiendo un producto cosechado en Europa y con las mismas garantías laborales que quienes producen ropas en Asia.

El propio Ayuntamiento usa la contratación de trabajadores de segunda. Hoy hemos vuelto a tener que informar al Presidente del Comité de Seguridad y Salud laboral de que algunos servicios podrían no estar ejerciendo el control adecuado de las condiciones de desempeño de los trabajos contratados. No puede ser que personas con gran responsabilidad y que suponemos están contratadas y remuneradas adecuadamente, pudieran no estar realizando la vigilancia adecuada de las obras subcontratadas. Desde el comité de Seguridad Y Salud, donde están los técnicos, la representación de la empresa y la de los trabajadores, hemos de redoblar nuestro trabajo para que nadie sufra un accidente en el trabajo, y mucho menos, que pierda la vida en ello. Tolerancia cero con los accidentes laborales. La subcontratación, piedra clave de la visión económica del neoliberalismo, también mata.