Consultando El origen de esta expresión he encontrado esto en la red, Fernando Ávila  la explica de la siguiente manera: “¡No va más! se comenzó a usar a finales del siglo XVI en las reuniones de juego de naipe. Cuando los jugadores se iban quedando sin plata para apostar, el anfitrión comenzaba a apagar las luces y decía “¡No va más!”. Y todos para su casa. Hoy la frase se oye en los casinos para que terminen las vacilaciones de los apostadores y el crupier ponga en movimiento la ruleta, “¡No va más!”. De los juegos de naipe y los casinos el “¡No va más!” pasó al uso común, para indicar que algo ‘llega a su fin’. Y quizá este Ayuntamiento esté llegando a su fin.

Algo común a todas las corporaciones es la revisión del sueldo de determinadas personas. Hay subidas pequeñas, subidas razonables y subidas de torero. En cualquiera de los casos, se hace de forma aparentemente aleatoria y se crean diferencias entre el personal que al no estar justificadas por un estudio técnico previo dejan la escala retributiva del ayuntamiento con la lógica de una plantación de algodón.

Tanto es así que al final, una persona que esté enterrando a nuestros muertos en el cementerio, se preguntará que coño hace pasando ese trago si otra persona de categoría igual o inferior yendo de lunes a viernes de mañanas cobra más dinero. O que hace otra estando de guardia por la noche pendiente de cortar el agua en caso de avería y teniendo que entrar en agujeros angostos atado con una cuerda y arneses si va a cobrar menos que otra persona que no realiza estas actividades especiales.

El tema, es que si todas estas cosas no se corresponden a un estudio y criterio técnico y ocurren en una empresa privada, la cosa no va más allá que la de constatar una gestión de personal por parte de un o una incapaz, que necesariamente influye de forma negativa en el clima laboral. Como en una empresa privada esto sólo ocurre en el caso de premiar afinidades y relaciones familiares, es algo que la plantilla espera y no extraña a nadie.

Los ayuntamientos, no son empresas privadas y familiares. Aunque a veces lo parezca. Esto implica que el dinero es público, al igual que la institución. Si la gestión del dinero público se hace de manera discrecional, podría desencadenar una malversación de fondos público

La administración es un ente abstracto, pues la realidad es que las responsabilidades se diluyen de modo que finalmente, desde esta Sección Sindical se percibe (quizá sólo sea una percepción), que los expedientes disciplinarios tampoco se instruyen en igualdad entre todo el personal empleado. Las actuaciones del funcionariado y el resto del personal público está regulado por el Estatuto Básico del Empleado Público. En su artículo 53, Principios éticos, en el apartado 1 dice que los empleados públicos respetarán la Constitución y el resto de normas que integran el ordenamiento jurídico. Así mismo, en su apartado 8, dice que actuarán de acuerdo con los principios de eficacia, economía y eficiencia, y vigilarán la consecución del interés general y el cumplimiento de los objetivos de la organización.

Comoquiera que las últimas revisiones de RPT nos están suscitando la sospecha (quizá infundada) de que se está actuando vulnerando los principios jurídicos antes mencionados, debido a la ausencia de documentación técnica que los justifique, Esta Sección Sindical de CGT en el Ayuntamiento de Zaragoza, considera necesario un control adecuado de este proceder, y sugiere la necesidad de una auditoría pública externa que revele si la actuación de la intervención es adecuada, que se depuren  responsabilidades si procediese y se haga uso del régimen sancionador recogido en el EBEP o el resto del ordenamiento jurídico disponible si así resultase  necesario tras la citada auditoría.

“Si pagas con cacahuetes, tendrás monos”