Ya volvemos de las vacaciones. Uno de los principales destinos turísticos de Euroa es París, un poco por encima de Londres. Una de las visitas, además de la obligada a la Torre Eiffel o el Louvre, es el mercado de las pulgas. Algo así como los rastros de aquí. Lo más atractivo del mercado de pulgas es que se puede comprar casi de todo. Una de las cosas que no puedes comprar (al menos de forma legal) son personas. Hace tiempo que se abolió el comercio con personas. La única manera legal posible de comerciar con personas es montándose una ETT.

En el Ayuntamiento, no se contrata la cesión de trabajadores de la forma establecida como legal, por lo que de forma encubierta se recurre a la deformación de la realidad para que bajo un contrato de servicios se esté procediendo a una subcontrata de personas. Ya hemos dicho en reiteradas ocasiones que en Deportes se usa este método. Socorristas, personal de taquilla y de personal de mantenimiento es enviado a las instalaciones poniéndolos directamente bajo dirección de personal municipal que de hecho fija horarios, turnos y demás. Una persona que inerpreta el papel de encargado o encargada, pasa de forma puntual con un documento en blanco que el personal municipal sella. Aparentemente es una hoja que certifica la visita del “encargado” pero realmente, si la cosa se pone chunga es un “documento” que presentar al juzgado si alguien dice que el personal depende del funcionariado y no de su empresa. Se pueden rellenar a posteriori con lo que se quiera antes de pasárselo al juez, y ahí con el sello de la instalación, podrán poner que vienen a dar instrucciones de trabajo a “su” personal.

Parece ser que esta práctica se va a extender a otros servicios debido a la escasez de personal. Es lo que pasa desde tiempos inmemoriales. Mientras hay “Escarlatas O´Hara” que no pasarán hambre sea como sea, siempre habrá una Mammy que le haga más llevaderas sus penurias. Y es que con el prestamismo laboral, hemos ampliado la oferta de un “Marché des puces“. Aquí, compramos hasta gente.