Con las pocas migas que el Señor Azcón ha tenido con el partido de ultraderecha durante su estancia en el ayuntamiento de Zaragoza, nadie podía imaginar que alcanzaría un acuerdo de gobernabilidad para la comunidad autónoma de Aragón.

Impensable que, a pesar de las pocas cosas que les unen, la derecha extrema y a la extrema derecha hayan logrado tener altura de miras y una gran cintura negociadora, PP y VOX se ponen de acuerdo.

No sabemos qué será ahora de temas tan importantes para el Partido popular como el aborto, la igualdad, la eutanasia, los derechos LGTBI+ o la memoria histórica, temas donde el partido de Santiago Abismal parece no tener nada en común con el PP, ¿o va ser que sí? Ambos votaron en contra de todos ellos en el congreso de los diputados.

Después de días de incertidumbre, desde el PP de Aragón, con Azcón a la cabeza, han sido capaces de compaginar por fin con las políticas neandertales del partido de Santiago Abismal, algo que nadie nos podíamos imaginar. Duros han tenido que ser los tira y afloja, a ver quién es más español, como si los demás fuesen franceses.

Sinceramente, ha sido un teatrillo muy bonito, en el que nadie era capaz de imaginarse el desenlace final, un giro de 360º para seguir haciendo lo que llevan años haciendo. No deja de ser curioso que, el discutible honor de firmar el acuerdo alcanzado no ha sido realizado por parte del señor Azcón, sino por la portavoz del grupo. Así pues, nos recuerda esa actitud del vecino poco cívico que se pede en el ascensor al llegar a su planta dejando la esencia para el resto.

Tampoco vamos a echarnos las manos a la cabeza, en el Ayuntamiento de Zaragoza tenemos el placer de disfrutar su esencia, tanto a nivel político como laboral, ya que “disfrutamos” no solo de la compañía de sindicatos que representan a la extrema derecha, sino también de sindicatos, que se hacen llamar de clase, que los blanquea día a día, dándoles legitimidad y negociando con ellos.

Nos esperan años grises, con una “derechita cobarde” que va de la mano de la externa derecha envalentonada, de vivas Españas y banderitas de muñeca, pero no de declaraciones de la renta.

Disfrutemos de una democracia que vino bajo el ala de un águila con el yugo y las flechas en sus garras, la cual sigue retratada en la portadilla del texto constitucional.

Para el recuerdo queda la imagen de la cabecera de esta noticia, del Twitter del Señor Azcón. Ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza defendiendo los derechos LGTBI+, hoy pactando con los que, pensando como él, no se cortan un pelo en decir lo contrario.