O COMO  TRANSFORMAR UN ACUERDO PARA REDUCIR LA TEMPORALIDAD, EN UNA CREACIÓN DE EMPLEO FALSA, REPRESENTADA POR CCOO, UGT, CSIF Y EL GOBIERNO CENTRAL

Todo gobierno que se precie, debe contar con una comparsa de aplauso fácil, que pregone sus bondades.

El gobierno derechista y ultraliberal que lleva las riendas en estos momentos, ha encontrado en el trio de los que se creen mayoritarios, un altavoz magnifico para vendernos botellas de cristal de lujosa edición llenas de humo contaminado.

Porque lo cierto de esta parafernalia que nos están vendiendo en estos momentos, es que no hay empleo nuevono hay creación de empleo que supla las miles de bajas producidas en todas las administraciones, incluida la local, la gran olvidada de este acuerdo fantasma y fantasioso.

Lo que venden, son puestos ya presupuestados, ocupados por una mayoría de interinas e interinos, longevos en tiempo de contratación, y que van a tener en el mejor de los casos posibilidad de luchar por una plaza que ya ocupan.

Pero en este juego, ¿para que necesitaban a los sindicatos corporativistas y del régimen? Alguien con dos dedos de luces, hubiera dicho al gobierno, que si decidía sacar por fin plazas para consolidar lo que ya son hechos, no hacía falta ningún aval, que eso es una obligación “per se” de aquellos y aquellas que gobiernan.

 

CGT cree que lo que conviene al personal público, son otras cuestiones con más calado: ►creación de nuevo empleo público estable que ►mejore las condiciones del personal que hasta ahora cubren con esfuerzos extras las plantillas adelgazadas por largos años de pérdidas de plazas, ►mejore la calidad de los servicios públicos prestados por las administraciones, sobretodo la local, (más alejada de las esferas del poder central) y reduzca el paro (y no sólo disminuir la temporalidad, ►eliminación de interinajes como contempla el acuerdo firmado), ►y la recuperación del poder adquisitivo perdido que actualice los salarios con el IPC real (este año ha subido un tres por ciento y nos ofrecen un 1%).

Para lograrlo sólo hay un camino: la movilización sostenida y contundente del conjunto del sector público, apoyada en la participación activa de los trabajadores en la toma de decisiones, con el respaldo de un sindicalismo combatiente.

Un planteamiento que choca frontalmente, con los vendedores de elixires.

Flaco favor para la administración local.  Una administración que solo logra unas plazas para que se presenten las y los que llevan esperando desde antes del 2005 y unas tasas de reposición del personal jubilado del año anterior, que según colectivos como la policía, u otros pocos puede ser del 100% y de la mayoría del resto de servicios que seguirá siendo del 50%.

Flaco favor para las y  los que consideramos el sindicalismo como un mecanismo de defensa y avance.

mucho favor a un gobierno noqueado que necesita un baño de tranquilidad y de disimulo.

Y los vendedores de humo ofendidos por la competencia desleal que ha surgido en los despachos del poder.