Ayer día 7 de Febrero acababa el plazo para que el Área de Recursos Humanos nos diera respuesta a la petición de reconocimiento de la antigüedad de los fijos discontinuos, y la respuesta fue tajante:

Con la sentencia firme que hay ahora a instancias de una demanda de un trabajador funcionario que fue fijo discontinuo no es posible aplicar el acuerdo que se alcanzó entre la Corporación y la representación sindical.

Alegando que las leyes son distintas para el personal funcionario y laboral abrieron la puerta a que haciendo interpretaciones muy amplias del Convenio (personal laboral) podría reconocerse el tiempo de trabajo prestado a efectos profesionales, pero no económicos, es decir, que se podría valorar todo el tiempo a efectos de computo en concurso de promoción interna y posiblemente el aumento de días por premio de antigüedad, aunque estos términos tengan pocas base jurídica y seguramente producirían una cascada de recursos por parte de otros funcionarios que participaran en los procesos de promoción.

En definitiva hemos perdido una oportunidad única de conseguir algo más de dinero por nuestro trabajo y de un mas justo cómputo del tiempo trabajado como personal fijo, en esta casa. Esta situación nos retrotrae a otros tiempos en los que gracias a la negociación los sindicatos de clase conseguimos que en la promoción interna se pudiera promocionar desde un grupo AP (operario) a un A1 de forma directa, siempre que se tuviera la titulación, todo un logro, que también se fue a la mierda por el egoísmo de algunos compañeros que por quitarse rivales de la oposición se fueron al juzgado y reventaron el acuerdo.

Todo esto nos debe llevar a una reflexión y es que a veces, ya van unas cuantas, el peor enemigo del empleado/a publico/a es el propio empleado público, o de sindicatos desclasados que no entienden lo que es el apoyo mutuo. Nos gusta miramos mucho el ombligo y nos olvidamos del bien común.