Si una historia de nuestra niñez (o adultez) se puede calificar de surrealista, es el relato de Lewis Carroll “Alicia a través del espejo” o “Alicia en el país de las maravillas”. Es una suerte de aventuras vividas por una niña durante un sueño. Es por tanto, el relato de un sueño, y todos sabemos los absurdos que pueden llegar a ser los sueños, cuando rendidos de la jornada diaria, caemos en un sueño profundo y reparador, y nuestro cerebro nos juega la mala pasada de hacernos vivir una pesadilla, que se materializa con la sensación cierta de haber vivido una historia real.

También ocurre al revés, que habiendo vivido una historia real y angustiosa, en los primeros momentos, el cerebro intenta convencernos que no es una situación real y que se trata de una pesadilla. Algo así ha ocurrido a varias personas cuando han abierto el correo corporativo y han visto el vídeo del flojerío sindical. La versión creativa de nuestro Concejal, que sería capaz de imaginar relatos que dejarían a Lewis Carroll a la altura del barro, rodeado de imágenes intermitentes que recordaban de modo inevitable al Gato Risón, aquel gato a rayas rosas y moradas que se aparecía a Alicia, a veces de cuerpo entero, a veces sólo su sonrisa.

El señor concejal, tiene empeño en revisar, artículo por artículo, TODO el articulado del pacto, incluyendo modificaciones al texto, unas veces con trascendencia y otras sin ella. A la altura del artículo 12, en la que nos encontramos ahora, no ha dejado ni un sólo artículo sin modificar en su redacción. Ni uno, y es que, aunque el final sea que quedará la redacción original, es el resultado de un debate. Así pues, no puede decirnos que quiere firmar el pacto antes de sus elecciones, porque la voluntad de revisar incluso la redacción, lo hacen ciertamente inviable. Legítimamente inviable. Coincidimos con él en que quiere hacerlo bien. Lo que no compartimos es que diga en otros foros que su voluntad de terminar las negociaciones está sujeta a una variable temporal cuando las negociaciones reales se desarrollan con el criterio de revisar todas y cada una de las palabras, puntos y comas del texto del pacto y el convenio. Cuadrar por tanto la agenda de todos es complicada, y por lo tanto, esto es lo real. Nos reunimos cuando podemos y trabajamos lo mejor que sabemos. Todas las partes. Otra cosa será que los intereses finales del texto puedan ser encontrados, como pasa en todas las negociaciones de pactos y convenios de este país. Cada uno se debe a la parte que le corresponde, y al menos, CGT, se debe a los y las trabajadoras. No va a venir un “flojo” que perdió su dignidad sindical hace días, a mostrarnos el camino a la CGT.

El flojerío sindical está, como el conejo blanco de la suerte, con el reloj en la mano. Recordad el “llego tarde, llego tarde“. Afortunadamente, en la mesa no dicen eso mismo, y su actitud, como la del resto, es discutir artículo por artículo, ya que no hacerlo es irresponsable, puesto que la voluntad de la otra parte es modificarlos, y por eso mismo, no queda otra que negociar el texto final. Nos tiene acostumbrados el flojerío sindical a mantener dos discursos diferentes, uno en la mesa y otro en “los medios”. Como muestra, tenemos los carteles contra la Instrucción de gestión y control de calendarios que pegan por las paredes y lo manifestado en las reuniones según vemos en las actas de las sesiones y que tenéis en intranet… “La RS STAZ manifiesta que agradece la idea y el trabajo…”; “La RS UGT manifiesta que está lnstrucción es una buena idea y agradece su elaboración.“; “La RS de STAZ explica su propuesta, manifestando que está de acuerdo con esta lnstrucción si bien presentan una propuesta que recoge normativa aplicable, y en concreto sobre teletrabajo y cómo articular los derechos y deberes de los empleados“; “La RS de UGT manifiesta que ha habido un error de interpretación respecto al plazo para presentar propuestas y que presentan las propuestas en la reunión, la primera de ellas es en relación a las ausencias o faltas al trabajo, en la que proponen con el objeto de clarificar al empleado, establecer las sanciones en el documento, concretar la responsabilidad disciplinaria y en segundo lugar incluir en relación con el uso de la tarjeta municipal la inclusión de cursos de formación “.

Así pues, si veis que lo que se dice en las reuniones, en las intervenciones o lo que se pone en los carteles, no es lo mismo, no es que estéis sumidos en un dulce sueño como Alicia (o CGT) en el país de las maravillas… Es la más cruda realidad.