Neoliberalismo (def.). Forma de liberalismo que apoya la libertad económica y el Libre mercado cuyos pilares básicos incluyen la privatización  y la desregulación. Básicamente, y diciéndolo de forma coloquial, es el capitalismo de los incapaces. Pseudoempresas apoyadas por pseudopolíticos que pretenden basar su éxito parasitando al estado, nutriéndose de los servicios públicos afirmando que su gestión pública es poco eficaz. Para ello, existe una herramienta, la del “Interés general”, que esgrimida por la clase política y poder saltarse los informes elaborados por el personal técnico.

Este sistema económico, pretende poner muletas al capitalismo desmedido, que se ve arrastrado por su propia desregulación al colapso. La desregularización, se acaba llevando tanto los bancos y su ingeniería financiera como a la grandes empresas cuando han de competir con los mimos principios que dicen defender. Es entonces cuando recurren al rescate-saqueo de las arcas públicas. La ciudadanía es víctima de las pseudoempresas que hacen de la precarización del personal y servicios, un método de aumentar la “competitividad”. No llegan estas pseudoempresas a tocar fondo en estas prácticas, de modo que en su voracidad, necesitan más y más dinero público del que nutrirse, puesto que en el ámbito de la libre competencia, que es el falso mantra que repiten, curiosamente, se verían abocadas al fracaso. Estas empresas no aportan nada a la sociedad salvo su deterioro, al igual que aquellos políticos que defienden dichas políticas. Los neoliberales se hacen trampas al solitario. Del mismo modo que se buscan centros de formación privada donde poder obtener sus titulaciones sin la necesidad de la libre competencia que defienden para los demás en durísimas pruebas de acceso, ofrecen un negocio seguro, con el margen de beneficio pactado de antemano en un concurso de adjudicación, que lejos queda de la libre competencia. Estas políticas, más cerca del parasitismo que de la colaboración, amenazan con agotar al huésped.

En los últimos años, la cantidad de personal que desempeña sus funciones en el Ayuntamiento de Zaragoza está claramente siguiendo el rumbo del colapso. El pacto-convenio, que recoge en su articulado referencias a la conciliación laboral y familiar está comenzando a ser

Y no sólo en el aspecto de la conciliación laboral, derecho contemplado en el EBEP. Reflejar en un pacto o convenio la conciliación laboral y familiar, supone que la empresa contempla la posibilidad de flexibilizar los horarios de trabajo del personal a su cargo con el objeto de facilitar que la vida particular del trabajador no se vea afectada por el desempeño del trabajo. Este derecho, NUNCA ha sido un derecho que se haya podido disfrutar por la totalidad del personal municipal. Cuando esto ocurre, es porque no estamos hablando claramente de un derecho, sino de una concesión feudal. Esta concesión, contempla que los demás compañeros y compañeras estén de acuerdo, ya que podrían ver a su vez limitados los derechos a solicitar compensación de horas o días de exceso de jornada. Es decir, si otro compañero pide exceso, el derecho a la conciliación se suspende mientras dura esa situación. Es un derecho que de facto, concede el resto de la plantilla con quien se comparte ubicación, no el Ayuntamiento, aunque así lo parezca.

La situación se torna más grave cuando quien pretende conciliar es el Ayuntamiento. El Ayuntamiento se ha arrogado el derecho a conciliar SU precariedad de personal con TU vida familiar. Así es como se lleva a efecto la política neoliberal. Necesita parasitar la administración, pero para eso ha de precarizarla y devaluarla primero. Quien defiende estas tesis, no es capaz de asumir sus propias decisiones, recordemos la crisis de 2008. El asalto a lo público se inicia pretendiendo “flexibilizar” la salud psicosocial del personal, hasta que llegue el amigo a concursar por el rescate de la administración a cambio de dinero público. Las prácticas neoliberales pues, como una secta, se tornan finalmente en destructivas. Lo vemos claramente en la Sanidad previamente transferida a las distintas comunidades. Basadas en el egoísmo, estas prácticas son incapaces de construir un mundo laboral o social mejor, fomentando el clasismo y la competencia entre personas empleadas. Bienvenidas todas al futuro. El capitalismo sin ataduras…