Ingenioso título que ya han usado los compañeros de CGT en Madrid. Hemos retomado las reuniones en las que estamos negociando el texto del nuevo pacto para el personal funcionario. El resultado está siendo un texto ridículo que más parece un temario para TAG que un pacto al uso, puesto que se transcribe parte de la legislación que existe, regula o tipifica las relaciones laborales. Esto se hace a propuesta del señor concejal Alfonso Mendoza. No creemos que semejante dislate provenga de la parte técnica que asiste a las reuniones por parte de la empresa, puesto que en otras ocasiones y siendo las mismas personas, no se había abordado esta cuestión y nos consta que desde esa parte se manifestó que no lo consideraban necesario, coincidiendo con lo que piensa CGT. Como quiera que el documento es de uso mutuo, no tenemos inconveniente en que estén, por si la parte de la empresa necesita tener algunas chuletas para consultar, visto que el contenido no contempla la totalidad de la legislación que lo afecta. Como el señor concejal hace referencia siempre a que van a volver a gobernar, quizá sea por eso que necesita incluir estas chuletas para consultarlas en el futuro. Estos “artículos-chuleta” a los trabajadores y trabajadoras no nos sirven, ya que no aportan nada. Será por eso que si se miran pactos de otras ciudades o de este mismo ayuntamiento, no se encontrará nada semejante. Siempre se había abordado la negociación del pacto tomando como base el texto del anterior y sugiriendo las modificaciones oportunas para actualizar las condiciones de trabajo al salario siempre menguante del personal municipal (al menos el de los que no salen premiados por la RPT de la fortuna). Evidentemente, en este pacto habrá que abordar la destroza que hizo el Partido Popular en el mismo cuando decidió emprender el bombardeo del pacto desde la delegación del gobierno y que creemos fue debido a la rabieta o el rebote sufrido al no poder acceder a la Alcaldía en las elecciones anteriores, visto que en otras ocasiones y ostentando la alcaldía nada había hecho salvo aprobarlo.

El señor concejal recriminó a esta sección sindical “no haber hecho los deberes” al no haberle aportado una plataforma. El señor concejal no es nadie para decir a CGT que deberes debe de acometer, cuando el parecer de esta sección y de la Inspección de Trabajo, hay aún trabajo que realizar como jefe de personal y responsable de la aplicación de la prevención en el Ayuntamiento. CGT tiene elaborada su plataforma y la documentación necesaria para defenderla, como siempre hace cuando va a una reunión a defender los intereses del personal municipal, incluso el de los técnicos que asisten a estas reuniones como “parte” de la empresa. Lo que ocurre, es que CGT no tiene complejo de inferioridad. No aporta plataforma de convenio simplemente por el hecho de que el señor concejal tampoco va a aportar la suya. Es sencillo y recíproco. Pero CGT no va a decir por ello, que el señor concejal no hace los deberes. Hace lo que legítimamente decide que debe hacer. Esto implica respeto a la otra parte, cuando decide hacer lo mismo. Como el señor concejal está dispuesto a cambiar la redacción del pacto, no partimos del texto anterior, sino de una redacción particular del señor concejal, lo que hace que a diferencia de otras ocasiones, a las plataformas elaboradas por la sección sindical se une otra que propone la parte de la empresa, y por eso la diferencia con otros procesos anteriores. Es por ello, que lógicamente, no se hace entrega de la plataforma previamente.

No vamos a realizar asambleas para hacer pública nuestra plataforma de pacto porque nunca se han hecho, y tampoco vamos a hacerlo ahora, a pesar de encontrarnos cerca de las elecciones. Es fácil elaborar una carta a los reyes magos, mostrarla al personal, entregarla al señor concejal, pasarla a sellar a las demás secciones sin dar tiempo a que la estudien y así decir que no la apoyan. CGT no va a hacer esto. Las propuestas a la plataforma de CGT, se recogen siempre a propuesta de la afiliación y se defienden, pero en la negociación, existen más partes y elaborar una plataforma nunca supone que ésta se contemple en su totalidad. De hecho, ni siquiera podemos pretender la perfección de la misma, ya que puede ser mejor alguna propuesta de cualquiera de los que se sientan a negociar que la que lleva como punto de partida CGT. Pretender que las demás personas que componen la mesa de negociación no pueden aportar nada sería un ejercicio de orgullo además de irresponsable. Sabemos que algunas de nuestras propuestas no son aceptadas por la empresa, pero sabemos también que otras no son aceptadas por los agentes sociales, por lo que la defensa de lo que piensa cada sección sindical o la misma empresa será legítima para cada parte. Como siempre, cuando se sustancie el texto, la firma de CGT al mismo, se debatirá en asamblea de afiliación para cerrar el procedimiento de decisión basado en la democracia directa que practica CGT, a diferencia de aquellas partes que practican la democracia representativa y que no defienden este paso final para sustanciar un acuerdo.