¡Bidibi badibi bu!.

Estas son las palabras mágicas de la canción de la película de la cenicienta. Ya sabéis, aquella que tenía que regresar antes de las doce a casa para que la carroza no se convirtiese en calabaza. Todas tenemos una infancia. Hemos visto la peli o leído aquellos libros que nos traían las historias de Walt Disney a donde no llegaba el cine. Eso nos gusta del señor concejal. Que lea.

Hoy hemos estado en el pleno quienes quedamos en la plataforma de mayoría sindical, CCOO, CGT, CSIF y OSTA, que seguimos siendo mayoría a pesar de los esfuerzos que el concejal hace para partirla . Si dedicase tanto esfuerzo a la negociación positiva como a dividir, ya tendríamos pacto. Hemos recibido una llamada desde Recursos Humanos (será casualidad, pero pensamos que no le ha gustado nuestra visita al castillo) que nos comunica la existencia de un plazo hasta las doce para firmar el papel de los servicios extraordinarios. Ese papel que el concejal ha redactado, quizá frente al espejo y que vende como un presunto acuerdo.

Atenta a la inteligencia que se pida firma para una cosa que llama acuerdo sin haber cruzado ni una sola palabra con esta Sección Sindical. ¿Como va a ser acuerdo si no hemos hablado?. No vamos a aceptar pulpo. Puede recoger su “Scattergories de los Servicios Extraordinarios” e irse a casa. Cierre la puerta al salir, que se escapa el gato. CGT ya dijo lo que es de recibo. El pago económico será justo cuando sea equivalente al tiempo en trabajo. Mientras tanto, la consigna de CGT será que o se compensen en horas de descanso o que se opte por ir a casa y que se ajusten mejor las necesidades en las Ofertas Públicas de Empleo. CGT no tiene en venta la dignidad.