Pasadas están ya las fechas en las que niños y niñas, al estilo de lo que tantas veces hemos visto en las películas, salen a la calle disfrazados llamando a los portales solicitando el truco o el trato. El trato acaba con la recolecta de dulces que las “victimas” ofrecen, y el truco es una travesura a quienes no accediesen al trato.

Algo parecido ocurre en el Ayuntamiento con respecto al acuerdo alcanzado entre parte de la representación sindical y el Ayuntamiento en la junta de portavoces. Un acuerdo que contempla unas subidas para una parte del personal, unas más justificadas y otras menos. Este acuerdo nació como resultado de una campaña electoral. Quienes recibieron estas promesas y quizá comprometieron su voto para cuatro años, no tenemos muy claro que comprendan el porqué de la tardanza. Si bien el trato fue claro para algunas personas que vieron que tales ofertas estaban encuadradas en un marco de elecciones sindicales, no lo era tanto el truco. El truco es el de la necesidad del cumplimiento del ordenamiento jurídico en el que quizá no se pensó al hacer la promesa. Para ello, será necesaria una modificación de RPT que si bien será tan poco rigurosa como otras que se hacen por esta corporación, sí que en cambio será tan “rara” como otras que esa misma representación sindical critica a pesar de compartir mesa y cubiertos en esos intragables menús.

Y aquí estamos CGT, sin decir ni mu. En nuestra campaña electoral, no prometimos a nadie lo que no estaba en nuestra mano hacer cumplir. No hubo trato o truco, sino explicaciones difíciles de dar en una campaña electoral a quienes los demás representantes les prometían subidas sin decirles el modo en el que se iban a conseguir porque no es su firma la que debe de constar en los documentos. Quien prometió que conseguiría lo que en el ordenamiento jurídico no se sostiene, será quien tenga que explicar la tardanza del acuerdo y el modo en el que este se ha de alcanzar. CGT no está, como el lobo, para servir de coartada a quienes ahora quizá no vean una salida al acuerdo que no sea impugnable en el juzgado por cualquier persona. CGT, seguirá trabajando como hasta ahora, para toda la plantilla municipal sin distinción. Seguirá sin acudir a las reuniones de RPT que al final siempre traen aguinaldos para unos y castigos para otros.

En este asunto, en el que cada uno ya se ha retratado, que cada palo aguante su vela… o su cirio!.