Hoy, 17 de julio de 2019,  casi a 83 años de una de las páginas históricas más negras y crueles de nuestro país, comprobamos que las alianzas y estructuras de poder de la dictadura franquista siguen asentadas y firmes dentro del aparato estatal, gubernamental y judicial, sigue habiendo vencedores y vencidos, amos y criados, los de arriba y los de abajo.

El golpe de estado del 18 de julio, militar-eclesiástico y fascista contra la legalidad republicana, la cruel guerra “incivil”, la dictadura, la represión, tortura y muerte del pueblo trabajador, la prisión y las desapariciones, las fosas en la cunetas y las comunes fuera y dentro de los cementerios tras los fusilamientos masivos, el exilio, exterior e interior, son una pesada carga de dolor y recuerdo que muchos de nosotros y nosotras aún arrastramos.

Tenemos una deuda muy grande con aquellos y aquellas luchadoras, aún les debemos la reparación de su dignidad, su recuerdo y la reivindicación de su lucha, que no fue en vano, que seguimos en la misma trinchera social contra el represor. Y es en esa lucha, en ese recuerdo, donde el 18 de julio, el pueblo trabajador debe estar alerta y atento para impedir que las ideas fascistas penetren y se expandan en nuestras clases.

En este mismo momento, el cáncer capitalista está queriendo acaparar y enriquecerse más aún de los recursos colectivos y populares, acrecentar la miseria y la precariedad de la mayoría de la población, con el objetivo último de que una minoría privilegiada mundial controle, disfrute y acumule la riqueza natural, social y humana de nuestro amado planeta.

Y en concreto, vemos como los cachorros de aquel fascismo, se introducen en nuestras instituciones, incluso tienen sindicatos afines, florecen en las esquinas de esta Iberia adormecida, dando por bueno un régimen que solo trajo dolor y muerte y conviven con sus amigos y amigas de la derecha rancia, sin temor a pactar con ellos, porque saben que en el fondo son sus aliados a la hora de extender su cáncer contra el pueblo


Este 18 de julio de 2019 ni olvidaremos ni festejaremos nada, es un día de recuerdo y de dignidad, de mantener alto nuestro ideal de que la unión hace la fuerza, y al igual que nuestros antepasados luchadores se unieron, demostremos que es en ese camino y dirección donde estamos todas las luchadoras y luchadores de hoy, de nuestro presente conquistando nuestro futuro y el de nuestras siguientes generaciones

CON EL FASCISMO, NUNCA; CON EL PUEBLO, SIEMPRE.