Las consecuencias judiciales de la subida del SMI

El gobierno PSOE-UNIDAS PODEMOS ha anunciado una subida del SMI, que se situará en la cifra de 1000 euros mensuales. Queremos expresar cuál es el sentir de la CGT ante esta medida: se trata de una medida insuficiente, ya que el incremento del SMI es inferior incluso al del IPC del pasado año. Insuficiente por el ritmo desaforado de subida de precios en cuanto a bienes de primera necesidad en nuestro país, e insuficiente en cuanto a los objetivos marcados por el Fondo Social Europeo que pasamos a explicar.


En primer lugar, España debe cumplir el objetivo marcado por el Fondo Social Europeo, que estableció que para que los estados miembros alcanzaran lo que se denominó salario digno, se debían instaurar, a su vez, salarios mínimos que fueran de, al menos, el 60% del salario medio de cada país. En el caso de España, el salario medio era –a junio de 2021– de 1923€. Si a este dato de hace un año le aplicamos el IPC de 2021 (6,5%), podemos estimar que el salario medio se situará fácilmente por encima de los 2000€.


Por lo tanto, con 1000 euros al mes de SMI estamos aún muy lejos de ese salario digno del Fondo Social Europeo, que sería en el caso de España de algo más de 1200€.


A su vez, la presión que sufren las familias es cada vez más severa. Cada vez cuesta más trabajo llenar la cesta de la compra, pagar los suministros eléctricos o la vivienda. Esta tendencia inflacionista no se contrarresta siquiera, en muchísimas profesiones, con convenios colectivos que garanticen el incremento de precios de cada año. De hecho, como ya vimos anteriormente, cada subida del SMI pone al descubierto las desvergüenzas de lo que realmente ha supuesto en nuestro país la negociación colectiva bajo la mayoría sindical de CCOO y UGT. Convenios que han pasado a la irrelevancia en materia salarial, superados por el SMI, son cada vez más numerosos.


Hay que decirlo claro: la respuesta a las agresiones que ha sufrido y sigue sufriendo la clase trabajadora es muy insuficiente.

 
Es insuficiente la reforma laboral, que no ha derogado ni siquiera los aspectos más lesivos de las reformas de 2010 y 2012. Al contrario: los ha legitimado. A su vez, es insuficiente esta subida del SMI que no garantiza el mantenimiento del poder adquisitivo de los/las más vulnerables y que aún está muy alejada del salario digno establecido por el Fondo Social Europeo.

La CGT va a seguir reivindicando soluciones reales y no cosméticas para que las personas trabajadoras alcancen unas condiciones dignas. No nos vamos a contentar con migajas ni eslóganes electorales.


Los verdaderos cambios transformadores para la clase trabajadora siempre han estado en la calle, no en las urnas.